La consciencia del corazón: un recorrido por el órgano más inteligente del cuerpo humano

Hola,
Soy Paola

Tú estás creando cada segundo tu realidad. Eres increíblemente poderoso.

Aristóteles, uno de los filósofos más importantes de la antigua Grecia, afirmaba que el corazón era el órgano más importante del cuerpo humano. ¿Por qué? Porque no solo es su punto central, sino que recibe información del entorno, y es el encargado de procesar sensaciones y movimientos. Según él, allí podría estar la respuesta del Universo que inicia más allá de nuestra piel.

Pero ¿qué tan cierta es esta teoría de uno de los más grandes pensadores de nuestra historia? ¿Realmente es más importante el corazón que el cerebro? Hagamos un recorrido por la consciencia del corazón.

La ciencia ha demostrado que el corazón tiene su propio sistema independiente, y que está en capacidad de procesar, emitir y recibir información a través de una red neuronal propia (compuesta por 40.000 neuritas) que genera estímulos hacia diferentes partes del cerebro, como la amígdala —encargada de gestionar las reacciones emocionales— y el Tálamo — el cual recibe toda la información que va directamente desde nuestros sentidos—.

Sí, el corazón es uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo, y sus funciones no se limitan a bombear sangre al resto de los sistemas.

Su inteligencia es tal, que establece un flujo de comunicación bidireccional y constante con el cerebro. ¿Esto qué significa? Que aunque la información llega primero al corazón, también corre en sentido contrario. Sin embargo, se ha demostrado que el órgano con el que asociamos las emociones emite más información que la que recibe por parte del sistema con el que asociamos la razón. 

El director de Investigaciones del Instituto HeartMath, Rollin McCraty, explica que en este flujo de información constante, el corazón envía señales al cerebro y este último responde emitiendo un estímulo hacia el cuerpo. Justo por eso, cuando una situación, una persona, o un recuerdo tocan nuestras fibras de forma muy profunda, la piel se nos eriza o nuestro rostro se sonroja. Pero lo más interesante es que esta acción se produce en nosotros, de forma física, segundos antes de que suceda el evento real. Sí, es casi como si pudiéramos anticipar esa emoción que vamos a sentir.

La Universidad de Cambridge del Reino Unido, desarrolló un estudio donde les pidió a sus participantes decidirse, entre dos situaciones posibles, simuladas en un computador. Una de ellas siempre iba a ser favorable, mientras que la otra no. Así, mientras estaban en el experimento, les fueron monitoreados sus latidos cardiacos para determinar qué reacción tenía el corazón justo antes de tomar cualquier decisión.

Finalmente, el estudio logró determinar que el corazón recibía la información antes de que el cerebro fuera consciente de la decisión próxima a tomar. Pero además, demostró que las personas más sensitivas tomaron mejores decisiones.

Pero, ¿cómo es posible esto?

¡El corazón tiene un campo electromagnético sutil que trasciende el tiempo y el espacio! Además, produce la fuente más fuerte de bioelectricidad rítmica y justo esa energía va hacia cada una de las células de nuestro cuerpo.

En el capítulo la Ciencia del Corazón, de la serie Experiencias HeartMath se afirma que este produce energía eléctrica a tal magnitud que puede crear un campo que rodea el cuerpo humano en 360 grados, el cual se extiende incluso hasta un metro más allá de nuestra piel.

Entonces: si hay un flujo de datos constante entre el cerebro y el corazón; y el campo electromagnético del corazón se puede expandir más allá del cuerpo físico, esto quiere decir que no solo nuestros campos comparten energía e información, sino que están en la capacidad de alinearse, sincronizarse y entrar EN COHERENCIA.

Conectar con el corazón

Desde una mirada bidimensional, la relación armónica entre el cerebro y el corazón se ve como si fuera el símbolo infinito. Esto pasa porque cuando conectamos desde el corazón, llevamos esa misma energía a nuestro cerebro y, creamos una coherencia con todo lo que estimulamos a través de nuestros pensamientos y emociones, generando movimientos casi perfectos.

Vamos a explicarlo un poco mejor…

Cada vez que tenemos un pensamiento este se ancla a una emoción, y esa emoción genera reacciones químicas que bajan hacia nuestro cuerpo físico. Esto es posible gracias a la comunicación que se da entre el cerebro y el corazón, pero también a la capacidad que tiene este último órgano de percibir, registrar y codificar la información que recibe del entorno y que se construye desde nuestra experiencia humana.

La matemática Annie Marquier, explica en su libro El maestro del corazón, que generalmente asociamos el corazón con las emociones, pero que muy pocas veces lo asociamos con la inteligencia. Quizá por eso nos cuesta tanto decidir cuál de las dos voces que salen de nuestro interior queremos escuchar, si la de la mente o la del órgano que se encuentra en el centro del pecho.

“Cuando hablamos de nuestras emociones, ponemos la mano en el corazón o en el vientre (…) Pero, desde luego, no en la cabeza. En cambio, cuando nos concentramos para pensar, nos tomamos la cabeza entre las manos. Mediante esos gestos, habituales e intuitivos, mostramos que las emociones parecen tener origen en un lugar distinto al del pensamiento; al menos eso es lo que creemos de forma instintiva”.

Annie Marquier, en El maestro Corazón.

Sin embargo, al comprender que el corazón tiene consciencia y que como les conté al principio de este artículo, recibe la información antes que el cerebro, podremos hacer clic con el hecho de que, en efecto, ES EL ÓRGANO MÁS INTELIGENTE DEL CUERPO HUMANO.

Sin embargo, viene la gran pregunta: ¿cómo activar la consciencia del corazón? ¿Cómo conectarte con esa capacidad que tenemos de escucharnos, reconocernos y confiar en nosotros?

Lo primero que debemos saber es que la consciencia es la base de toda la creación. Sin embargo, nos reconocemos desde la razón: todo lo queremos entender, interpretar, decodificar y planear, y así no trabaja el corazón: este nos permite vivir desde el Amor Incondicional, la fuerza más poderosa del Universo, y al hacerlo nos estamos expandiendo aún más, emitiendo una energía hasta 100 veces más poderosa.

El Amor Incondicional, es ese amor libre de miedos, limitaciones, apegos y necesidad de un resultado. Cuando lo experimentamos empezamos a vivir en armonía, permitimos que nuestra energía creadora fluya, y activamos la consciencia de nuestro corazón.

Coherencia cardiaca

Cuando logramos alinear nuestros campos: mental, emocional, espiritual y físico, desde la libertad y el amor, no solo le enviamos las señales indicadas al entorno, sino que generamos equilibrio y bienestar en todo nuestro ser, y justo esto es la coherencia.

Cuando estamos en un estado de coherencia nos regeneramos, activamos la intuición e incluso podemos reaccionar de forma más rápida a cualquier situación. Esta se genera por experiencias como el amor y la gratitud, las cuales son asociadas al corazón… por eso, hablamos de coherencia cardiaca.

“La coherencia cardiaca abarca sincronización, acoplamiento y muchas otras técnicas que utilizamos en física. Pero la coherencia siempre implica que las partes de un sistema como nuestro cuerpo, por ejemplo, se están comunicando, y que esos subsistemas están trabajando en conjunto de una manera armoniosa y energéticamente eficiente”.

Rollin McCraty en el capítulo la Ciencia del Corazón, de la serie Experiencias HeartMath.

En este sentido justamente, el Instituto HeartMath creó una técnica para ayudar a la coherencia y así disminuir la ansiedad y el estrés a través de la coordinación de la respiración con la frecuencia cardiaca.

Esta técnica es útil teniendo en cuenta que cuando estamos en situaciones que nos generan alguna emoción negativa, los patrones del ritmo son incoherentes, indicando que los sistemas nervioso y cardiaco no están sincronizados, y estofinalmente se verá reflejado en nuestro cuerpo físico.

Sin embargo, cuando experimentamos emociones positivas las señales que emitimos generan coherencia en el patrón del ritmo cardiaco, permitiendo además de la sincronía, obtener mayor bienestar, claridad mental y una respuesta emocional más rápida. Así, empezamos a sentirnos más saludables y en armonía con el entorno.

Cuando tenemos coherencia entre el cerebro —es decir, una intención clara— y el corazón —una emoción en un estado vibracional elevado—, producimos mejores señales electromagnéticas, codificamos y emitimos la información correcta al campo unificado de energía al cual todos estamos conectados, y tomamos mejores decisiones.

Te invito, entonces, a que a partir de hoy te permitas abrir y expandir tu corazón, abriéndote para que la energía llegue y te conecte en unidad con el todo, así crearás un campo electromagnético que entrará en resonancia con el entorno y podrás poner tus pensamientos y emociones sobre la energía, y alinearte con la frecuencia de todos, absolutamente todos tus deseos.

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Paola Gutiérrez

Coach Cuántico Espiritual, Oradora y Conferencista Internacional. Creadora de los programas Sanación y Manifestación Cuántica Angelical, Maestría Angelical Nivel I y II, Las 12 Llaves de la Abundancia, Maestro Ancestral, Cuántica del Corazón y las masterclass Guía Completa Ley de Atracción y Viaje al Akash.

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Paola Gutiérrez

Coach Cuántico Espiritual, Oradora y Conferencista Internacional. Creadora de los programas Sanación y Manifestación Cuántica Angelical, Maestría Angelical Nivel I y II, Las 12 Llaves de la Abundancia, Maestro Ancestral, Cuántica del Corazón y las masterclass Guía Completa Ley de Atracción y Viaje al Akash.

Esta entrada tiene 2 comentarios

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